El pensamiento radical
Una nueva filosofía, cuyo proyecto fue elaborado durante la década de los ochenta, empieza a materializarse con la publicación de La encerrona (1993), versión incompleta de Le Confinement (1997), se explicita en L’humanicé en face de l’Impérialisme (1998), precisa algunas de sus tesis en la Síntesis sistemática de la filosofía africana y desarrolla, por fin, la doctrina en una obra que tiene precisamente el título de La Pensée radicale (2005).
Creada en una época acaparada por el pensamiento unidimensional y de «sobrevuelo», el Pensamiento Radical se ha propuesto dos objetivos principales, en torno a los cuales gira su esfuerzo intelectual: primero, el de la investigación y el descubrimiento de las verdades cuyo conocimiento haría posible la recuperación de la filosofía «realmente libre» y, segundo, el del compromiso con un discurso que podría conducir al ser humano a tomar conciencia de sí mismo, para liberarse de la dominación de agentes extraños a su voluntad, a su actividad teórica y práctica y a su forma-de-ser-o-estar-en-el-mundo.
El fundador de esta nueva orientación filosófica es Eugenio Nkogo Ondo.